Ruta: Vía Ferrata Regina de Peramola
Recorrido: 4,5 km
Desnivel: 450 m
Dificultad: Alta
Tiempo: Aproximación 20' - Itinerario 3h 40' - Descenso 1h
Fecha : Julio 2013
Para llegar al punto de inicio, tomaremos la C-14 hacia la Seu d'Urgell. Justo antes de cruzar el túnel de Remolins, hay un ensanche a la izquierda donde dejamos el coche.
Echamos a andar hacia el barranco que baja por nuestra izquierda, subiendo un poco por su cauce seco, para salirnos al poco rato por la derecha. Nos dirigimos hacia un poste de electricidad para continuar hasta la pared.
Tenemos bonitas vistas del pantano de Oliana, que irán mejorando conforme vayamos ganando altura.
Coincidimos con otra pareja a la que cedemos el paso.
Cuando acaban la primera vertical y los perdemos de vista, nos toca a nosotros. Es conveniente dejar algo más de espacio de lo normal porque caen piedras. La primera grapa está un poco alta y cuesta alcanzarla, es como un aviso de lo que nos espera.
Se nos abren las vistas al pantano.
Tras la vertical llegamos a una zona más tendida
donde nos ayudamos de una cadena.
Entramos en una canal,
por la que se avanza cómodamente
ayudados por unos escalones y a la sombra.
Esto último se agradece pues hace bastante calor a pesar de que sólo son las nueve de la mañana.
Al salir de la canal vemos más arriba el puente tibetano,
por el que ya están cruzando los compañeros que salieron antes.
A la salida del puente, se sube por una pared muy vertical con mucho patio.
Nosotros mientras tanto llegamos a una bifurcación, subiendo por la izquierda a la cima de la Aguja.
Con bonitas vistas al pantano de Oliana.
La otra pareja ha subido casi toda la vertical y desde la pared nos dicen a gritos que faltan el cable de vida pero que hay una cadena.
Bajamos de la aguja hacia la bifurcación,
para ahora si dirigirnos al puente tibetano.
Iniciamos la larga vertical,
equipada con cadenas en los pasos más tendidos.
Enfrente nos queda la aguja a la que hemos subido.
Alcanzamos la zona sin cable de vida, asegurándonos a las grapas o a la cadena que se ven en buen estado.
Tras un corto tramo horizontal llegamos a otra pared. A partir de aquí la vía no es apta para niños, pues les resultaría imposible atravesar el paso de la Fe. Vemos otros dos ferrateros haciendo la vertical que deben haber entrado por otro sitio pues ni nos han adelantado ni los habíamos visto antes.
Subimos la vertical
con algún paso lateral incluido.
El pantano y el coche nos quedan bastante lejos.
Iniciamos un pequeño rodeo;
subidita incluida,
que nos deja en el paso más aéreo de la ferrata
y que termina en el paso de la Fe.
Todavía nos quedará por decidir que final elegir, el corto y desplomado o el largo y más fácil.
Como esto de los desplomes es algo muy subjetivo, no hay nada mejor que preguntarle a alguien que la haya hecho y te la pueda comparar con alguna de las ferratas de la serranía de Ronda, bien conocidas por nosotros.
Así que le preguntamos a Salva que la había hecho una semana antes y nos confirmó que no tendríamos problemas con el final difícil.
Por lo que decidimos irnos por la salida "difícil", pongo lo de difícil entre comillas, porque en las ferratas malagueñas hay extraplomos que resultan mucho más complicados, sobre todo porque tienen menos grapas en los desplomes y hay que tirar mucho más de brazos.
Casi al final nos encontramos un buzón.
En lo más alto de la vía.
Aunque hayamos terminado no hay que quitarse el equipo,
pues el descenso es como otra ferrata,
pues prácticamente toda la bajada por la roca está equipada.
con línea de vida y cadenas.
Nos vemos en las Montañas