Ruta: Ruta de Gartxot, Valle de Salazar, Selva de Irati, Pirineo Navarro.
Recorrido: 13 km
Tiempo: 04:00
Desnivel: +560 m
Fecha: Noviembre 2.021
Partimos del pueblo de Izalzu a 3 km de Ochagavía. A la entrada hay un aparcamiento frente a la iglesia, donde podemos dejar el coche.
Echamos a andar por la carretera que lleva al puerto de Larrau,
pasando por un depósito de sal utilizada para el mantenimiento de las carreteras durante el invierno.
En aproximadamente 1,5 km tomamos un desvío a la izquierda con indicaciones hacia Elkorreta.
La senda en continuo ascenso, se interna en el bosque.
Se trata de una ruta circular con inicio y fin en el pueblo de Izalzu.
El nombre del Gartxot, hace referencia a la leyenda del bardo Gartxot.
El sendero pasa junto a un antiguo nido de ametralladoras.
Caminamos entre hayas y robles que pueblan la loma del monte Goimendi.
Estamos a 10 de noviembre y aunque el bosque nos muestra su gama de colores otoñales, quizás hubiera estado más bonito de hacer la ruta un par de semanas antes.
Salimos del bosque a una zona más despejada,
con unas vistas espectaculares de los Pirineos navarro-aragoneses, desde el Mirador la Krutxea.
Transitamos ahora por un terreno más abierto,
aunque al poco tiempo volvemos a introducirnos en el bosque.
Vemos varias hayas estranguladas por una antigua alambrada de espinos, que está siendo engullida por el tronco.
Llegamos a la Cascada Ripalda.
Seguidamente el camino sale a un claro, con unas vistas espectaculares del Pirineo Aragonés.
Alcanzamos un cruce donde seguimos las indicaciones hacia Elkorreta. Por la derecha se asciende a la cima de Abodi.
Ya en descenso, seguiremos hasta la regata de Petranberroa con algunos saltos de agua.
Al otro lado del arroyo, nos encontramos el desvío hacia la cueva de Elkorreta.
Según la leyenda medieval del bardo Gartxot de Izalzu ,
se refugió en la cueva tras asesinar a su hijo para evitar que se lo arrebataran los monjes de Roncesvalles.
Volvemos al cruce para continuar hacia Izalzu.
Enlazamos con una pista que abandonamos más tarde, para tomar una senda que desciende por unos prados.
En esta terraza natural con vistas a los Pirineos, teníamos nuestra reserva para el almuerzo.
Retomamos la marcha y al poco tiempo confluimos a otra pista,
que se interna en el bosque y termina acompañándonos hasta la carretera,
que seguimos hasta Izalzu.
Nos vemos en las Montañas
