Ruta: Tajos de los Bermejales o Garganta del Río Cacín, Arenas del Rey. P.N. Sierra de Tejeda, Almijara y Alhama.

Recorrido: 14,5 km

Tiempo: 6:00

Fecha: Noviembre 2.019

Iniciamos la ruta desde las casas del pantano de los Bermejales, saliendo del poblado por el noroeste, dirigiéndonos hacia el barranco. 

Presa y embalse de Los Bermejales. 

Seguimos una senda que recorre la zona alta de la garganta del Río Cacín, por su margen izquierda. 

Cruzamos un barranco seco, retomando el sendero al otro lado, donde vemos diversos fósiles marinos. 

Descendemos hasta el río, 

para inmediatamente alejarnos 

y volver a bajar y luego subir…. esta va a ser la tónica del día un sube y baja continuo. 

La senda se arrima ahora a las grandes paredes del tajo; 

rocas de areniscas modeladas por el agua durante miles de años.

El itinerario resulta muy entretenido con numerosos pasos equipados, 

como este primero con una escalera metálica articulada, 

 

que a pesar de lo que se mueve, se supera sin problemas. 

Lo siguiente será ascender por un paso encajonado equipado con una cuerda. 

De nuevo nos encontramos en la parte alta, 

con el río bastante lejos. 

Patri y Migue, que con Eduardo, son nuestros compañeros de hoy. 

La ruta no nos da tregua, a pesar del poco desnivel, no paramos de subir y bajar. 

Llegamos al cruce que sube hasta el Cortijo del Cura, que se encuentra en la pista que utilizaremos para la vuelta, por lo que se podría utilizar para acortar la ruta, que no es nuestro caso. 

La senda se acerca al río, 

para seguidamente volver a alejarse. 

Ahora nos toca descender por dos pasos equipados con cuerdas, 

Finalizado el destrepe, no tardamos mucho en estar enganchados en otra cuerda. 

Vamos perdiendo la cuenta. 

Progresamos un rato junto a las paredes del tajo, 

llegando a un cambio de nivel que ascendemos ayudados de otra cuerda. 

La historia se repite, progresamos un rato junto a los tajos, 

 

salvando los descensos pronunciados con ayuda de alguna cuerda. 

Seguimos avanzando junto a las paredes, por una zona espectacular. 

El río Cacín tiene una longitud aproximada de 60 km, desde su nacimiento en la Sierra de Almijara, a los pies del Lucero, hasta su desembocadura en el Río Genil. 

De nuevo junto al cauce, 

habrá que superar otro paso complicado, 

antes de alejarnos de los tajos definitivamente. 

El último tramo discurre por un camino en el que se aprecia la fuerte erosión llevada a cabo por el agua. 

Llega el turno de los puentes, el primero un paso de yincana al más puro estilo del concurso japonés “Humor Amarillo”, con unos troncos flotantes 

Manuela cruzando un puente colgante de madera 

y ahora lo hace Patri. 

El siguiente también colgante está un poco desvencijado.

 

Puente fijo de madera. 

Otro más y ya van cinco puentes, en este caso hecho con dos troncos atravesados. 

 

Llegamos a un punto donde podemos acabar la ruta ascendiendo por la derecha a la pista de vuelta, pero optamos por continuar hasta pasar bajo el puente romano. 

Para ello tendremos que cruzar dos puentes colgantes más, el primero con bastante forraje por encima 

 

y el último muy inclinado, optando por empezar a cruzarlo por fuera, para que el cable nos sirva de apoyo, pasando más tarde bajo el cable para terminar de cruzarlo. 

 

Terminamos ascendiendo al puente romano, que como su propio nombre indica no es romano, jeje, sino que fue construido a principios del s. XX.

La vuelta la realizamos por la pista de las Navillas, 

que aunque paisajísticamente no tiene nada que ver con la garganta, 

nos sirve para que la vuelta sea rápida hasta los Bermejales. 

Ya sin mochilas y antes de despedirnos en el bar el Cruce del poblado, nos acercamos a ver el Dolmen de los Bermejales. 

Nos vemos en las Montañas  

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