Ruta:  Jarastepar - Cancha Almola - Cerro Redondo - Riscos de Júzcar

Recorrido:   20 Km

Tiempo:   11:00

Fecha:   Febrero 2.014

Bonita ruta que nos ha llevado por la Sierra del Oreganal.  Quedamos en la entrada de la pista que llega hasta el parking de los Riscos a unos 4 Km de Alpandeire. 

Si ya hace frío cuando nos bajamos del coche, aún hace más viento. De hecho cuando nos saludamos, tenemos casi que presentarnos para que sepamos de quien se trata.

Somos unos 25 los que nos hemos dado cita y sin demorarnos mucho echamos a andar para entrar lo más pronto posible en calor. 

Desde el inicio ya pisamos roca caliza, en continua pendiente hacia el Cerro Jarastepar. 

Aprovechamos algunas zonas llanas para reagruparnos y contemplar las vistas. 

Llegamos a ver Júzcar, Alpandeire, Benarrabá, Algatocín, Benalauría, Benadalid, Cortes y Jimera de Libar. 

La ascensión está jalonada con varios resaltes que nos van surgiendo y que vamos superando uno tras otro.  Aquí estamos en el Cerro del Tajo de las Semillas.

Hemos tomado la cordal, por la que seguimos ganando altura,

alternando estas duras pendientes con algún tramo más suave. 

A esta altura nos encontramos las rocas con una fina capa de hielo,

por lo que nos vemos obligados a progresar con bastante cuidado, 

evitando en lo posible las rocas planas que son las más resbaladizas. 

En el Cerro Jarastepar a 1.427 metros.  El vértice se encuentra en una finca privada, por lo que hay que contar con el permiso de la propiedad.  Las vistas son espectaculares, vemos la Sierra del Pinar con el Torreón y el San Cristóbal, Endrinal con el Reloj y el Simancón, Líbar con sus cumbres más significativas, Ventana, Martín Gil, Palo, Sierra de los Pinos, El Torrecilla en la Sierra de las Nieves junto con el Abanto, Alcojona, Cascajares y Sierra Bermeja con Los Reales.


El descenso lo hacemos hacia el este. 

Vicky que junto con Herminia y Juan Antonio son nuestros guías de hoy.

Transitamos ahora por una zona más cómoda 

y de gran belleza. 

En especial un par de torcalitos que atravesamos, 

donde aprovechamos para realizar numerosas fotos. 

Desde aquí logramos ver nuestra siguiente cumbre, la Cancha Almola. 

Ilde encaramado en uno de los pináculos del torcal. 

Antonio, Manuel y Ana en otro bello rincón. 

Con nuestro destino al frente nos dirigimos hacia La Umbría, en la cara norte;

por donde encontraremos uno de los pocos puntos de acceso a esta casi inexpugnable mole. 

 Ilde y Rafael ayudando a salvar una alambrada. 

Con el amigo Antonio Giráldez momentos antes de atacar la Cancha Almola.


Ronda, la Ciudad Soñada.

También vemos el Cancho la Pepa, Puerto y Pico del Viento, Sierra Hidalga....

Juan Antonio, otro de los guías de la ruta.

Con mucho cuidado superamos un paso estrecho y resbaladizo por el que accederemos a la meseta cimera. 

A unos 150 metros junto a la pared nos encontramos una fuente. 

Herminia, coordinadora de la ruta, que junto con Vicky y Mena se lo han currado bastante, pues me consta que han tenido que venir varias veces hasta conseguir enlazar todos los tramos de esta magnífica ruta circular.  Al fondo Ronda. 

Con Herminia y Miguel Becerra en los tajos de la cara norte.


La cumbre de la Cancha Almola es una gran meseta con alguna zona herbosa en su extremo, por la que avanzamos cómodamente. 

Pedazo de panorámica la que disfrutamos, desde el Puerto del Viento hasta la Sierra Palmitera. 

Poco a poco o mejor dicho casi de golpe, dejamos este terreno dócil, para comenzar a ascender por el canchal. 

En la Cancha Almola a 1.406 metros con Juan Antonio y Miguel. 


El grupo. 


La bajada la hacemos hacia el sur, 

en dirección a la Cueva del Moro donde hacemos la parada del almuerzo. 

Llegando a la cueva, 


que en realidad es un túnel que atravesamos para continuar con la ruta. 


Salimos a la ladera oriental, 

donde sólo existe un paso, 

por donde uno a uno vamos destrepando. 

Iniciamos un rodeo para luego dirigirnos hacia Cerro Redondo. 

Detalle de los distintos pliegues de la roca.

Dejamos a la izquierda el Cerro Malhacer que hoy no toca. 

Aunque caminamos junto a algunas torcas, 

avanzamos cómodamente.  

Llegando a Cerro Redondo a 1.333 metros, 

desde donde alcanzamos a ver de izquierda a derecha, Parauta, Cartajima y Pujerra.

Nos encaminamos ahora a la Cueva del Agua, 

pasando por esta bonita era. 

Antonio Giráldez y Manuel Limón posando.

Cueva del Agua. 

Desde aquí nos meteremos de lleno en los Riscos de Júzcar y Cartajima; esta zona se encuentra en el término de Júzcar. 

Caminamos entre dolinas, lapiaces y todo tipo de formaciones pétreas. 

Pasamos por la Fuente del Almendro, que no encontramos en flor. Muy cerca de la fuente enlazamos con el sendero circular que viene del parking de los Riscos. Aquí el grupo se divide en dos, los que ponen rumbo hacia los coches y los que nos vamos en dirección contraria para realizar parte de esta ruta circular que pasa por el Águila.  

Cae la tarde, pero ya no nos preocupa porque iremos en todo momento por un claro sendero y carril hasta el coche. 

Otra era por la que pasamos; creo que a este sendero local se le conoce como el “Sendero de las Eras”, 

recuperado hace unos años por el ayuntamiento de Júzcar. 

Vicky, Herminia, Ana y Magda junto al Águila, figura más famosa de los Riscos. 

Desde aquí nos dirigimos hacia los coches, 

disfrutando ya casi sin luz, de esta imagen de Júzcar, el pueblo pitufo. 

Nos vemos en las Montañas  

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