Ruta:  Vía Ferrata del Hacho de Gaucín

Recorrido: 

Desnivel:  110 m

Dificultad:  Media - Alta

Tiempo: Aproximación 20' - Itinerario 90' - Descenso 45'

Fecha :   Julio 2013

A la ferrata se accede por la carretera de Gaucín a El Colmenar; a unos 5 kms tomamos un carril que parte a la derecha y seguiremos hasta encontrarnos con una fuente, donde dejamos el coche.

Tras la fuente sale por la derecha una pista por la que ascenderemos, llegando a una casa que rodearemos por la derecha.  Enlazamos con otro carril que tendremos que abandonar justo cuando comienza a llanear.  Un hito de piedras marca el sendero a seguir.

El tiempo de ejecución dependerá del número de ferratistas que suban por la escala, así como la destreza de los mismos.

Nos dirigimos a la pared que tenemos enfrente, llegando junto a una alambrada que cruzamos por una angarilla, que nos deja a los pies de la vía.

El inicio es fácil,

ganando vistas al macizo de Líbar.

Superado el tramo vertical, ganamos la parte alta de las estribaciones occidentales de la Sierra del Hacho.

Ahora nos toca bajar unos metros.  Tocamos suelo y desaparece la línea de vida.

A unos metros, en la pared de enfrente, retomamos la vía.

Unas cuantas grapas y alcanzamos una pequeña repisa.

Abajo el cortijo del Peso. 

Seguidamente alternamos tramos verticales y horizontales

que nos dejan en una zona llana, donde esta el punto fuerte de la jornada, una estrecha escala en la que habrá que emplearse a fondo.

Por la derecha se puede salvar la escala enlazando de nuevo con la ferrata.

Habrá que guardar fuerzas para los metros finales que se encuentran en extraplomo.

Ya estamos cerca del final; un corto recorrido tendido

y dos verticales con un par de desplomes fáciles

intercalado con otro horizontal, 

nos dejará en el final de la ferrata.

Son las 10 y se encienden la luces de el Colmenar

y Cortes de la Frontera con el Sierra de los Pinos detrás.

Para la vuelta seguimos la cresta de la Sierra del Hacho, hasta toparnos con un collado por el que nos dejamos caer hacia la izquierda, siguiendo trazas de un sendero que perdemos continuamente por la oscuridad.  Unas piedras pintadas de blanco marcan el camino, aunque de noche es difícil seguirlas.  Llegamos a la alambrada y tras cruzarla continuaremos hasta el carril que nos llevará hasta el punto que nos desviamos en la ida, muy cerca ya de nuestro coche. 

Nos vemos en las Montañas  

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